jueves, 11 de diciembre de 2008


De esta foto han pasado ya tres años que van para cuatro(lunes santo 2005), y ahí podéis ver el encanto que tiene este mundo de la Semana Santa y del costal, que sin meterte debajo de un paso cada año, se puede ser costalero.

Este hombre que tan serio mira a la cámara (de costal y pantalones blancos inmaculados), refleja en sus ojos la responsabilidad de ponerse un costal, el orgullo de sentir la morcilla chafarse contra su cuello, pero solo ha podido soñar con pasear a su Esperanza por las calles de su querido Alicante, ganas no le faltan, y fuerza le sobra, pero los Lunes Santo están siendo especiales para el, ya que desde que aun no llegaba al palo, es el único momento en que mas de cerca habla con su madre del cielo y cada año le pide poder estar también Miércoles Santo, con los que el considera sus compañeros de palo, llevando esperanza por todos los rincones de Alicante.

Pero como dicen algunos entendidos del costal, "los pasos se levantan con el corazón" y a este hombre, no le cabe en el pecho.

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